Blog de Mercedes Yzquierdo, Licenciada en Historia del Arte, Presidenta de Red Aldaba. Buscadora inquieta y viajera.
Disléxica, por lo que pido disculpas por los pósibles errores que podais encontrar en el texto.

lunes, 17 de noviembre de 2014

En clave heterodoxa: Prisciliano, el temido de Roma (I)



“Peremptorum corpora ad Hispanias relata magnisque obsequiis celebrata eorum funera: quin et iurare per Priscillianum summa religio putabatur”

(Los cuerpos de los ejecutados fueron trasladados a las Hispanias y sus funerales celebrados con gran solemnidad, hasta el punto que se consideraba religioso en extremo jurar por Prisciliano)

Sulpicio Severo, Crónica, 2, 51,8.


Dicen que lo heterodoxo, lo prohibido, lo secreto, a veces está tan a nuestro alcance que ni nos percatamos. Ahí tenemos las claves heterodoxas de la Puerta del Sol de Toledo, que pocos turistas que se paran a hacer la foto pertinente meditan seriamente sobre lo allí expuesto. Si tu fueras un heterodoxo, seguro que te habrías percatado que hay algo allí que da un tufillo extraño.


El heterodoxo, condenado por la Iglesia o incluso el que siéndolo ha logrado pasar desapercibido, intuyen que otra realidad es pósible, trascienden y su intuición les hace llegar a veces a transformaciones intelectuales muy elaboradas pero que les permiten ver al otro lado, experimentar otra realidad, la realidad prohibida y por ello condenada por considerarse peligrosa, no sabemos bien por qué, aparte de por sus propios intereses.

Sin duda España es tierra rebelde y ha dado buenos frutos heterodoxos, que iremos viendo en esta sección. Uno de esos personajes dignos de estudio, es Prisciliano.

Y como no podía ser de otra forma, Galicia, tierra de meigas, hadas, y santas compañas, fue la que tuvo que dar a luz al primer heterodoxo y condenado por hereje a muerte por la Iglesia. Allí en  aquellas tierras gallegas, nació el primer hombre que se enfrentó abientamente y con pasión contra el poder eclesial. Prisciliano reivindicó que el cristianismo también formaba parte de una Tradición Universal y por ello se podía complementar con otras tradiciones, si eso ayudaba al hombre a trascender y evolucionar. Pero lo que más debía doler a los obispos corrompidos por la avaricia y el poder, es que Prisciliano quería una Iglesia sin alianza con el Estado, libre e independiente, espiritual y pobre.

Los oídos prestos para escuchar el mensaje de Prisciliano estuvieron en Galicia, Lusitania, León, Ávila y la Bética. 

Apenas hay datos de la biografía de Prisciliano, conocemos sobre todo los detalles de sus últimos cinco años de vida, que transcurren entre el Concilio de Zaragoza (380) que condena las prácticas hereticas del obispo por paganizantes y el momento de su decapitación en Treveris (385). Prisciliano morirá junto a los que habían sido su gente de confianza y seguidores más acérrimos, a saber: Latroniano, Felicisimo y Aurelio. Todos los demás detalles sobre su vida son pura lucubración, así como su aspecto físico, sus orígenes y linaje, las enseñanzas recibidas, etc. Los detalles que nos han llegado han sido a través de Sulpicio Severo que además usó fuentes hostiles a Prisciliano. Aunque Sulpicio, nunca llegó a ocultar la simpatía que le producía el personaje. Aún así, es imposible contrastar muchas cosas que se cuentan con fuentes fiables. Y así se dice que fue de noble linaje, familia bien y un niño prodigio. Y dado los detalles seguros que conocemos de su vida, esto es más que pósible.
Porta Nigra de Tréveris, donde fue ajusticiado Prisciliano

Todo apunta a que la localización probable del nacimiento de Prisciliano es Iria Flavia, que sería la actual "Padrón". 

Según los expertos, desde Menéndez Pelayo, Juan Antonio Llorente, pasando por Juan G. Atienza, parece que realizó viajes de estudio que le llevaron a la Bética y Aquitania.

Fue Obispo de Ávila y sabemos de un viaje que realizó a Faro, en el Algarve donde arremetió contra el Obispo Itacio y se unió a las protestas de sus feligreses. Itacio se convirtió en su enemigo más feroz, a raíz de esto y muy seguramente fue el que causó su desgracia.Tras su condena y martirio estaba el Metropolitano de la Lusitania. Exceptuando estos viajes, de estudios y para defender sus ideales,  debió pasar su vida en su querida tierra gallega, donde tenía a sus seguidores que le amaban, y donde exponía y practicaba su forma de ver el cristianismo. 

Después del Concilio de Zaragoza, viajó a Roma para intentar ver al Papa Dámaso pero este no le recibió. Luego se dirigió  a Milán para entrevistarse con San Ambrosio, pero fue inutil, y  finalmente acudió a un Concilio en Burdeos, que se había convocado para condenarle como hereje. De allí es llevado a Treveris donde se le tortura en el potro, y en otras máquinas, con lo cual acaba confesando aquello de que era brujo, nigromante, y había tenido tratos indebidos con mujeres en orgías colectivas. Acto seguido lo entregaron a las autoridades civiles para que ejecutaran la sentencia, siendo decapitado como ciudadano romano, y aunque se apeló al emperador que en ese momento  era español, pero  Máximo, desoyó la suplica ya que quería ganarse el favor de una iglesia cada vez más poderosa dentro del Imperio. 

Cuentan los libros y diferentes tradiciones, que tras su ejecución, debieron pasar unos tres años, cuando el emperador Máximo cayó en Aquilea en un enfrentamiento con Teodosio. Algunos discípulos llegados desde Galicia expresamente, suplicaron poder llevarse los restos de Prisciliano y sus dos familiares, Felicisimo y Aurelio.

Es curioso que el viaje que tuvieron que realizar, es el mismo que cientos de años después en época medieval realizaran los peregrinos para ir a la tumba del Ápostol. 

Según algunos historiadores e investigadores, Prisciliano debió de ser enterrado o bien, en la cripta de Santa Eulalia de Bóveda o en lo que hoy se venera como tumba del Ápostol Santiago. Algunos no lo dudan y afirman que es él, quien está enterrado en Santiago. 

Tras su muerte en Hispania y sobre todo en Gallaecia, la Iglesia se declara priscilianista abiertamente durante casi doscientos años, y tenemos obispos gallegos y leoneses que lo dicen abiertamente y sin tapujos. 

Con la conquista de los suevos del territorio gallego, consiguió el priscilianismo pervivir, ya que durante el tiempo que ellos gobernaron Gallaecia, la Iglesia "católica", o sea Roma, no ejerció poder en aquellas tierras. Y por más anatemas y concilios que hicieron, el priscilianismo siguió vivo en Hispania.

¿Y en qué consistía esa herejía priscilianista que tanto miedo daba a la Iglesia católica? 

Prisciliano había sido influido por un maestro gnóstico llamado Marcos de Menfis, y a sus manos habían llegado diferentes libros del Nuevo Testamento, ya declarados apócrifos por el cristianismo. 

Prisciliano tenía una idea dualista de la Creación (cercana y precursora del catarismo y otras herejías de influencia maniquea), un concepto unitario del Creador ( cercano al arrianismo), una divinización de las almas de los humanos y los ángeles, que debían evolucionar en un camino de perfección y amor hasta alcanzar una ascésis que borrara sus pecados. Niega la resurrección de la carne pero si cree en la transmigración de las almas (reencarnación). Y por si fuera poco, cuando Hidacio, metropolitano de Lusitania le acusa de hereje, redacta su ideario en apenas días, llamado Liber Apologeticus y lo clava en las puertas de la seo de Mérida para que lo vean todos, convirtiéndose así también en predecesor de Lutero. 

Y este era su ideario "intelectual" o "postura teológica", tan valido como el que pudieran tener los demás obispos, pues se estaban sentando bases. Lo que verdaderamente le dió miedo a Roma, era a lo que llevaba y la consecuencia de aquellas creencias y lecturas apócrifas. 

De entrada, Prisciliano hablaba de de igualdad entre sexos, para consagrar y realizar la misa, o cualquier otro ritual litúrgico. Para el hereje, el alma no tenía sexo, y si el alma no tenía en si misma la dualidad sexual del cuerpo, las mujeres podían se diaconas y predicadoras. Además en sus misas, leían los esclavos y aboga por la interpretación meditada e individual del Evangelio. Pide la reforma eclesial que se ha alejado de los pobres y los marginados, olvidando así sus orígenes. Y entre otros detalles pues dice que la danza lleva a Dios, cosa que no es ajena al judaismo, donde vemos al rey David, cantando y bailando para Dios. 

Prisciliano, que era gallego debía estar influenciado por las creencias celtas, porque recomendaba andar descalzo, para no perder el contacto con la Tierra y sus energías, y de esta forma transmitir estas energías benefactoras a los fieles. 

El Obispo era conocedor y abiertamente estaba inclinado al uso de la numerología, las teorías pitagoricas, hacia las fuerzas ocultas de la Naturaleza, la Astrología, pues para el todo ello eran manifestaciones de la divinidad para esclarecernos nuestro camino y podían ayudar para conocer la esencia de Dios. Prisciliano decía que los signos astrológicos influenciaban las diferentes partes del cuerpo, y de esta forma se podían contrarrestar influencias maléficas para la persona. Prisciliano y sus seguidores respetaban a los animales como hermanos, y eran vegetarianos, y afirmaban que la carne no era de Dios sino fruto de las potencias diabolicas que hicieron caer al Hombre. Los priscilianistas recogían la ostia con la mano y podían consumirla después en la soledad de su retiro. Los ayunos se realizaban en otras fechas a las "ortodoxas", y la consagración la hacían no sólo con vino, sino con uvas y hasta con leche. Y los frutos de la tierra, se consagraban al sol y a la luna. 

Se les acusó en Burdeos incluso de invocar a los espíritus de los muertos, de creer en la reencarnación, de sacralizar montes y bosques, ríos, fuentes y cavernas para sus reuniones, de crear villae alienae, pequeñas villas de priscilianistas que les servían de refugio cuando eran perseguidos y de cenobio o convento cuando las cosas se calmaban. 

En un momento dado, Sulpicio Severo, dice que Prisciliano debió de practicar las artes mágicas desde que era un adolescente. 

Pues bien, lo que es obvio es que a nivel teológico, Prisciliano bebió de las fuentes gnósticas llegadas de Egipto, Siria, etc., a través del norte de África a la Península pero a nivel de práctica, su cristianismo estaba influido de todas las costumbres celticas que aún pervivían en el norte de España. 

En el druidismo, existía el sacerdocio femenino con las druidesas, la santificación de lugares, el conocimiento de los "dragones" o energías teluricas. Los celtas practicaban en la busqueda de esos lugares de poder para recargarse de energía, el precedente de nuestras romerías. Y de esa comunicación con los muertos, pues aún sobrevive la creencia en la Santa Compaña de las tierras gallegas o la Huestia de los asturianos, donde estos regresan periodicamente para anunciar el tránsito de un vivo a su reino. 

Así que podemos decir que pese haber pasado tantos siglos, el priscilianismo sobrevivió en España, sobre todo en las zonas rurales gallegas, leonesas y astures, incluso cántabras 

Los priscilianistas, convivían en comunidades cenobiticas en lugares apartados, incluso en familia completas con sus siervos si estas eran pudientes. Y claro, una Iglesia que buscaba el sometimiento del rebaño para afianzar su poder, no debía de estar gustosa de que se fueran lejos de su poder y se aislaran, dando de lado a sus sacérdotes como mediadores. Los priscilianistas salían al encuentro de su trascendencia por sus propios medios. 

Y pese a que muchos libros digan que el priscilianismo murió con Prisciliano y que se apagó tras su muerte. No cabe duda que el movimiento eremitico del siglo VII, y VIII, bebía de las fuentes priscilianistas. Y tal es así, que tenía el nombre de un noble visigodo, llamado Fructuoso, que abandonó todo para darse a la vida contemplativa en los montes de León, y tal fue su fama de santidad que familias enteras con siervos incluidos le siguieron hasta los Montes Aquiana ( que habían sido sagrados para los celtas) y allí se desligaron de todos los lazos políticos y religiosos que les ligaban al estado. Y tal fue el carisma del santo, que se convirtió en problema de estado que el mismo san Valerio, su biografo, dijo: 

"...porque de tal manera prendió fuego en ellos el ideal predicado por el solitario de Compludo, que hasta en caravanas llegaban de todas partes las levas de conversos, especialmente del ejército, hasta el punto de los jefes de la milicia goda hubieron de intervenir, prohibiendo tal desbandada de veteranos hacia las montañas de León en hábito de monjes, porque ya no quedaban soldados para formar los cuadros de las expediciones militares". 

Quintana- Bureva

Pero por si fuera poco, ya en el siglo XVI, de nuevo aparece con fuerza la herejía de los Alumbrados, con gran furor sobre todo en tierras extremeñas, donde son quemados y emparedados herejes en Azuaga y Llerena. Dicha herejía bebía de fuentes priscilianistas.

Inscripción encontrada en Santa María de Mérida, que da "oídos" a la tradición de que Prisciliano estuvo enterrado allí y luego fue trasladado a Galicia.

María Victoria Escribano Paño, investigadora del movimiento priscilianista, asegura “los escritos proporcionaron el término idóneo de comparación en el que fundamentar la polémica sobre la ortodoxia o heterodoxia del grupo; posibilitaron el debate en torno a la autoría de los llamados tratados, con sus derivaciones hacia la determinación de la finalidad, destinatarios y cronología de los mismos; y se convirtieron en el punto de arranque de nuevas atribuciones a la paternidad priscilianista o a la de sus antagonistas, a las que prestaron justificación desde su forma y contenido. Junto a ello, el resultado más apreciable desde la óptica histórica fue la traslación del tema a los ámbitos de la fenomenología social y de la denominada historia de las mentalidades”

Es un verdadero misterio que pese a esa influencia durante siglos del priscilianismo apenas encontremos material arqueológico.